Madrid, Anaya Touring, Col. “Guiarama”, 4ª ed. 2019 (1ª ed. 2009)

Una guía práctica y totalmente actualizada, ideal para realizar un corto viaje a Cáceres y sus alrededores. La guía está dividida en cuatro apartados. En el primero, titulado Diez Indispensables, se propone una selección de los lugares, curiosidades y tradiciones de la zona que no hay que perderse: El valle de Ambroz y las Tierras de Granadilla, El valle del Jerte, El Parque Natural de Monfragüe, Guadalupe… En el segundo apartado, Visita a las ciudades de Cáceres, Plasencia y Trujillo, se describen estas tres localidades proporcionando una información detallada de los lugares de mayor interés. El siguiente apartado, Excursiones por la provincia de Cáceres, hace un recorrido por los lugares más emblemáticos de la zona: La Vera, el valle del Jerte y el valle del Ambroz, Las Hurdes y la sierra de Gata, Vegas del Alagón… Finalmente, se incluye una amplia selección de restaurantes, alojamientos, direcciones de museos y monumentos, así como una exhaustiva información práctica para moverse por la zona.

Cerezos

   Con su atavío nupcial que extiende por valles
y laderas un aire de virginidad momentánea,
de efímera lencería adolescente, los cerezos
atraen la curiosidad de muchos visitantes,
que recorren el curso del Jerte, los caminos
secretos del Ambroz y los bancales escondidos
en la Vera para sumergirse en la apoteosis de
lo blanco, en la irrupción primaveral de las
enaguas en flor.
   Pero en esta culminación de belleza
relacionada con el paisaje hay otro momento
y otra estación, quizás menos frecuentada pero
no menos hermosa. Es la explosión que estalla
en otoño e inunda de rojos y amarillos, de rosas
y ocres las riberas, las faldas de los montes y
las laderas de las sierras aglutinadas por el
Jerte.
   En esas semanas señaladas por la sutileza de la
luz, cuando las hojas y las ramas alcanzan
policromías de retablo, es una delicia recorrer
los caminos repletos de color, sentir el rumor
del agua en las gargantas, sumergir los ojos en
el deleite de la contemplación para admirar los
matices de una paleta cromática que roza la
perfección.