Colección “Devenir”, Madrid, 1992

Tras abandonar anteriores universos temáticos, el poeta se adentra en materias mucho más evanescentes como la belleza, la inspiración, la memoria y el tiempo.

Todo ello conducido por un ave que esconde entre sus alas el misterio de la luna y la fecundidad del polen. El lenguaje depura sus excesos y se va esencializando. 

Pulsaciones.
Algo tiembla.
Algún latido se estremece.
Se oyen pájaros.
Suenan órganos y esquilas.
Florecen en el aire catedrales.
Es la luz indecisa que se yergue.
Es la humedad del alba que se acerca.
Es el misterio algebraico del paisaje.